El aluminio está presente en innumerables productos, sectores e industrias.
Sus propiedades lo convierten en un material adecuado para fabricar componentes y productos de todo tipo.
Se utiliza en reactores nucleares a baja temperatura porque absorbe relativamente pocos neutrones.
En el sector de electricidad y comunicación, el aluminio ha ido reemplazando progresivamente al cobre desde la década de los 50 en las líneas de transmisión de alto voltaje, y actualmente es una de las formas más económicas de transportar electricidad, además de que puede hacerlo más eficientemente que el cobre.
También está presente en las antenas para televisores y satélites.
En la industria química, el aluminio y sus aleaciones se utilizan para fabricar tubos, recipientes y aparatos.
Es un componente principal de la maquinaria industrial de ascensores (elementos del motor, estructuras) de la maquinaria agrícola, instalaciones de regadío, y otras instalaciones como puentes grúa, hangares y puertas automáticas.
Por su elevada reflexión para la luz visible y el calor radiante, el aluminio evaporado al vacío forma una capa de óxido que no se deteriora como las de plata. Se usa para la construcción de espejos telescópicos, papeles decorativos, empaquetado, juguetes, etc.
Por su elevada conductividad térmica, el aluminio se emplea en utensilios de cocina. Además, no hay que olvidar la presencia en nuestra vida cotidiana del papel de aluminio de 0,018 cm. de espesor, que protege los alimentos y otros productos perecederos.
En la industria de los envases, las aplicaciones del aluminio son múltiples y abarcan desde la fabricación de latas, el papel de envolver, hasta láminas para cerrar yogures, medicamentos, etc.